EL LOBO Y LOS CORDEROS
©Giuseppe Isgró C.
Cuentan que cierta vez, habiéndose comido una loba a un cordero, de los
dos que amamantaba una obeja, con la prisa con que salió corriendo dejó en el
lugar a su lobito, quien, por ser muy pequeño y no saber, aún, que era un lobo,
se quedó, juntándose con el cordero remanente.
Lo extraño del caso es que, la obeja madre,
quién sabe por cual razón, lo adoptó y amamantó como a su hijo. El lobito
creció junto con los demás corderos del rebaño, en la montaña. Era un
rebaño salvaje por haber sido abandonado
por sus dueños hacía ya mucho tiempo, quienes por su avanzada edad, se fueron a
la ciudad y jamás volvieron al campo. Cosas que suelen ocurrir.
Ahora bien, los corderos se acostumbraron a
ver crecer junto con ellos a lobito, que ya, para ellos, era un cordero más.
Quizá era como el patito feo del grupo, pero, en fin, nadie lo discriminaba.
Como grupo social, cada rebaño tiene su jefe.
El lobo, poco a poco, en una acción constante, fue aniquilando a todos los
virtuales jefes del rebaño, y por supuesto, se llevó por delante, en primer
lugar, a los jefes de turno que ya eran de edad avanzada; hasta quedarse como
jefe absoluto.
Dado que el lobo era fuerte, astuto y con los colmillos afilados y con garras poderosas, el rebaño se sintió seguro y protegido con un jefe tan
fuera de serie.
Lo cierto del caso es que creó una gran
expectativa el lobo camuflado de cordero.
Pero, en fin, lobo es lobo aunque se vista de
cordero; o, aunque haya crecido creyendo que lo era.
Lo cierto del caso es, que, gradualmente se
fue percatando de que el instinto de lobo le hacía apetecible comerse a los
sabrosos corderos del rebaño. Pero, su sentido de lealtad le creaba cierta
resistencia.
Un día que se decidió en dar un golpe de
gracia, trató de acorralar a un cordero que se le había quedado rezagado,
cuando un grupo de corderos de edad avanzada fue en su ayuda, y el lobo, que en
realidad se creía cordero, salió corriendo huyendo del rebaño, y tanto fue lo
que caminó que llegó hasta lo más profundo del bosque, donde una manada de
lobos salió a atacarlo por su acentuado olor a cordero. Pero, pronto
reconocieron, por su forma exterior, al lobo. Lobo reconoce a lobo en cualquier
lugar y circunstancias. Se le acercaron, lo huelen, y el lobito, que ya no lo
era tanto, porque había crecido bastante, se encontraba atemorizado.
Fue entonces cuando el jefe lobo, le
preguntó:
-Por qué tienes miedo? Tú eres un lobo como
nosotros y te acogemos como a un miembro de la familia.
El lobito, encontrándose a gusto con los
lobos, sus congéneres, le cuenta su vida con los corderos: sus andanzas y la
manera en que le corrieron del grupo por querer comerse a un corderito.
El gran lobo jefe se rió; su risita era socarrona,
luego le dijo:
-No lo puedo creer, lobo corriendo por miedo
a los corderos.
Acto seguido, agregó:
-Nosotros te enseñaremos las antiguas artes
de la guerra y de la cacería, de nuestros antepasados los lobos, que hemos
practicado en incontables generaciones. Descubrirás que la maña vale más que la
fuerza. Volverás a tu antiguo grupo y le harás ver que eres un cordero
arrepentido, quienes volverán a aceptarte como su jefe absoluto, y luego,
haciendo discurso de loco, te creerán tal y, poco a poco, uno a uno te los irás
comiendo y tendrás comida para los próximos 40 años. Te irás comiendo a los de
más edad, primero, y luego a los más jóvenes; creerán, engañados, que eres su
protector al decirle que aquellos corderos eran unos corruptos y oligarcas, que
era preciso exterminarlos a todos. Estos miembros jóvenes de tu rebaño crecerán
como si tú fueses su protector, y ellos te proporcionarán tu sustento mientras
vivas.
Dado que tienes un rebaño muy grande, tú nos
facilitas, ocasionalmente, algunos corderos, y nosotros, a cambio, te daremos
tecnología bélica, políticas para sustentar tu liderazgo, modelos de leyes que
ya han sido probadas como efectivas; te facilitaremos lobos entrenados para ir
controlando a los corderitos más avispados, y con el cuento de ayuda recíproca,
te daremos el apoyo que necesitas para sustentarte, y sobre todo, protegerte
del Gran lobo del norte, que es un voraz devorador de rebaños; de los grupos de
occidente, donde conviven tres o cuatro bandos de lobos, cada cual más “lobo”
que el otro. Son tan sofisticados y hábiles, que a los más astutos hay que
ganárselos para la causa, mandándole de vez en cuando algunos corderos y a las
demás manadas de lobos del continente que no son tan fuertes, le darás alguno
que otro cordero, de manera que, cuando tú te quites la mascara de lobo
cordero, permitirá que ellos, por los favores que te deben, te sigan
reconociendo como lobo cordero-benefactor, y aún viendo tan torva la faz de
lobo temible que eres, te reconocerán como jefe legítimo y te crean su amigo.
Afirmando que eres un cordero, pero el jefe de todo el continente en que se
encuentra tu rebaño, te llegarán a creer. Con la repetición suficiente, todo se
llega a creer. Pero, siempre se paga un costo cuando lo afirmado no se
corresponde con la verdad. Es bueno recordarlo!
Poco a poco, mijito, hasta el mismo mundo se
te quedará pequeño; inclusive, hasta vas a querer competir con el papá upa.
Pero, allí no tienes nada que hacer; ese será siempre el jefe del universo y
tiene la horma para cada quien. Si le buscas, le encontrarás. Pero, no temas,
Él te buscará a ti, en el tiempo perfecto que conoce bien en el eterno ahora.
El lobito escuchaba extasiado las sabias
enseñanzas del gran lobo jefe. Por algo éste se había mantenido por 40 años, o
más, en el poder, y por los vientos que soplan, y su buen estado de fortaleza,
otro tanto quisiera estar. Habían transcurrido ya unas cuantas lunas llenas
desde que se erigió en jefe absoluto, por eso sus barbas blanquecinas les
hacían ver como un lobo venerable y sabio. En verdad que no era cualquier cosa…
Lobo viejo y lobo joven elaboran un plan para
apoderarse del gran rebaño de corderos.
Escogió de guardaespaldas a unos corderos
fuertes, quienes tenían un gran ascendiente en el rebaño; por todas partes iba
con ellos escoltado. Adoptó el lema de un antiguo cordero que, en la larga
trayectoria histórica de los corderos era considerado uno de los genios
corderiles más importantes de todos los tiempos. (Se le denominaba El
Libertador).
Hablando con el lenguaje y el mensaje de tal
genio fue acaparando la atención de las masas, y el temor de los corderos más
avispados que no se comían el cuento.
Uno a uno se los metió en el bolsillo a
todos. A unos ofreciéndoles villas y castillos; a otros cargos, a algunos más
lo que se le antojara, y a la casta más poderosa, poder y los valles más
fértiles, para su propio gozo.
El lobito conquistó el rebaño y lo sometió a
sus fines, incondicionalmente. Le fue comunicando, gradualmente, los proyectos
que se propone desarrollar en el tiempo, que significa todo el tiempo que Dios
otorga en cada ciclo de vida, mientra su voluntad lo permita, ya que el tiempo
de Dios es perfecto: tiene su hora, su minuto y su segundo; su inicio y su
término. En el instante preciso la noche muda en día, y ya el día no es más
noche mientras dura el día. El murciélago se retira a su oscura cueva tan
pronto como amanezca. Y, amanecerá!…. Alguien lo duda? Y volverá a oscurecer,
también. Acción-reacción; noche-día; oscuridad-luz: la eterna polarización
hacia Dios. En el camino todos se van purificando para trascender el velo y ver
a Dios cara a cara. Es eso posible? Quién lo sabe?
Pero, lobito, ahora ya en su rol de jefe
grande, le dijo que requerían muchas leyes nuevas para gobernar el rebaño en la
Nueva República totalmente en vía de reestructuración. Una a una las fue
cambiando todas al estilo de los grandes legisladores que creían,
acertadamente, que la mejor manera de educar era por medio de las leyes. Claro,
Licurgo, Solón, Servio Tulio, Justiniano, Alfonso X El Sabio, Napoleón, entre
otros, eran grandes legisladores, a las pruebas uno se puede remitir. Los
resultados son los que hablan y dictan el veredicto, después de ejecutada la
obra. Pero, aún cuando los resultados están por verse,…. Quién podrá decir que
el astuto lobo sea un gran legislador, o en verdad, un buen líder? Es un gran
estadista, a su manera; de eso no existe duda alguna. Hay que esperar, no
obstante, pero el buen día empieza por la mañana, aunque al atardecer se puede
acomodar. Entre la aurora y el ocaso, hay mucho trecho y pueden ocurrir muchas
cosas a favor o en contra, del uno o de los otros. Pero, en la naturaleza, todo
busca un fin positivo aún en sus aspectos, aparentemente, menos favorables.
Dios escribe derecho con letras torcidas. Por eso es Dios. Sabe lo que hace, o
lo que hizo, en la Ley Cósmica.
Pero, por estas leyes, que lobito iba
promulgando, fue destruyendo a los rebaños de los verdes valles, de apetitosos
pastos, y a los demás los fue llevando por áridos terrenos, donde lobito
tuviese medio debilitados a los corderos más fuertes, y a los jóvenes irlos
adoctrinando de manera que, no conociendo otras realidades, estuviesen
conformes con ir sobreviviendo con lo que alguien llamó: -”El mar de la
felicidad”. Usted lo entiende? En las propias narices tenía el paraíso
terrenal. Recordemos que hasta Colón, en la época del descubrimiento de
América, denominó a ese valle: “Tierra de gracia”.
Como un lobo ubicado en un lugar equivocado,
el de los mansos corderos, puede trastornarle el feliz devenir de la vida a
millones de corderos, quienes en cada época esperan a su líder cordero. Siempre
aparece el líder de acuerdo con el rebaño, es decir, el que éste se merece.
Este rebaño en cuestión siempre ha merecido un buen líder y los ha tenido;
volverá a tenerlo; pero, mientras Lobito tenga aliento no se dejará escapar
fácilmente la presa. Tiene una viveza que supera a toda la que alguien se pueda
imaginar. Cuando los demás van, él viene ya de regreso. Su capacidad de trabajo
es inmensa. Sin duda Dios le creó robusto, fuerte, incansable, buen
comunicador, sabe parlotear y la gente le escucha; subyuga, y la gente espera.
Unos se van; otros, las mayorías, se quedan.
Los corderos, al fin desengañados, miran con
afán donde estará el cordero que tenga el poder suficiente para –en juego
limpio y despliegue de inteligencia- desplazar a este lobo que ya no es tan
lobito y se quitó la careta. Pero, en la historia de los corderos, este rebaño
siempre ha superado sus pruebas más duras y menos fáciles. Hay ejemplos
múltiples que cada quien puede ver en los libros de historia patria.
Líder que sigue rumbo inconveniente, los
seguidores no le acompañan mucho tiempo, adoptando el consejo de Salomón, quien
dijo, haciendo gala de su prudencia: -“No te pongas en camino con audaz ya que
corres el peligro de perderte con él”.
Ya hoy, el rebaño sabe que el lobo no es
cordero, y el lobo, que es lobo. Empieza la batalla. Podrá un solo lobo con
todos los corderos? Podrán todos los corderos con un solo lobo? El tiempo lo dirá.
Cordero, prepárate para la más importante
acción de tu vida. Asumir el rol de construir la patria que soñaron los padres
de la Patria. Ahora te toca a ti. Contigo es la cosa. No te hagas el tonto.
Asume el reto y triunfa.
Es preciso buscar el líder cordero que tenga
claros los ideales, y esté imbuido de la ética corderil, para que conduzca al
rebaño a la mayor suma de felicidad y bien posibles, de verdad, verdad. Dale.
***
Este pequeño cuento lo escribió, el autor, la
tarde del 19 de diciembre del año 2000. Ahora, tal como fue redactado, sin
cambios, se incluye aquí, por el probable mensaje, o percepción intuitiva que
pudiese contener mirando al futuro.
El gran secreto que desde muy antiguo se
conoce es el de: compartir las cosas buenas de la vida de manera justa y
equitativa.
En el momento en que un líder se esmera en
buscar el bien de todos, todos les siguen ad infinitum. Pero, el Gran Líder ad
infinitum es, únicamente, Dios. De todos los demás, Dios los va usando, para sus
fines providenciales, a unos para unas finalidades; a otros, para las que
correspondan, por la Ley Cósmica.
El líder que Dios permite que emerja, por la
inherente situación existencial, define al grupo, en un momento dado y la
experiencia que precisa, como medio de aprendizaje.
No hay líder “inadecuado” que alguna labor
buena no cumpla, solo que es poco fácil verla antes de tiempo.
Líder es líder donde lo pongan, pero, lo que
permite calificarlo son los resultados. A veces un líder aparentemente “ineficaz”,
en la opinión de algunos, puede resultar un gran benefactor para todos. De qué
males mayores no evita un mal menor? Alguien puede saberlo?
Demos gracias de que las cosas son como son,
y no peores. O, acaso las cosas no suelen resultar mejores de cómo pudieran
haber sido?
Cada quien cumple el rol que eligió. Es
preciso que las nuevas generaciones se preparen para los tiempos mejores que,
inevitablemente, en cada época, emergen. El futuro con que se sueña deben
crearlo los mismos jóvenes. Por eso se suceden las generaciones; cada una
aporta nueva energía creadora e ideales renovadores. Pero, al margen de la
edad, cada quien puede dar su respectivo aporte para mejorar la sociedad
mejorándose a sí mismo.
De qué se ocupan los jóvenes, hoy en día, en
el mundo? Quién los orienta hacia caminos inconvenientes? Es preciso centrar la
atención de las nuevas generaciones en objetivos constructores de tiempos
mejores.
Hay que prepararse; es necesario transformar
el mundo, involucrándose; asumiendo los roles de liderazgo que el planeta
requiere, en todos los ámbitos.
Y, los que ya se encuentran en edad madura, o
avanzada? Acaso usted piensa que la cosa no es con usted? El que tenga
conocimiento que eduque a las juventudes de sus respectivos países, y en los
temas que les son inherentes.
El que tenga fuerzas para involucrarse en la
conducción hacia un mundo mejor, debe hacerlo para que en los siguientes ciclos
de vida encuentre el mundo en el que ahora quisiera vivir.
El futuro será lo que hagamos de él, hoy. No
es sacando de él lo máximo que se pueda, sino en aportar lo mejor de los
propios esfuerzos a favor del bien común. Todo el bien que hagamos a favor de
la sociedad, es el único bien que, en definitiva, recibiremos. Dar-recibir, es
el binomio clave; pero, en primer lugar, hay que dar: servicio, trabajo, amor,
afecto, amistad, cumplimiento del deber, sonrisas, aprecio, y un largo
etcétera. La siembra de hoy será la cosecha de mañana.
09 de octubre de 2011.
09 de octubre de 2011.
Adelante.
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