miércoles, 15 de mayo de 2013

EN CONEXIÓN CON LA FUENTE UNIVERSAL



EN CONEXIÓN CON LA FUENTE UNIVERSAL

Un ejercicio de conexión espiritual
con Dios:  –El Ser Universal-.

©Giuseppe Isgró C.


 Para entrar en conexión con Dios, debemos seguir el mismo proceso que el usado cuando entramos en una habitación, de noche, y está oscura. Si tratáramos de sacar la oscuridad, cómo lo haríamos? Por supuesto, hasta un niño de dos años sabe la respuesta; él le dirá a la madre: -“Mamá, prende la luz”; ésta, entonces, aprieta el interruptor y se enciende la bombilla eléctrica y la oscuridad se evacua por sí sola, sin esfuerzo alguno y fácilmente.
Con una acción diferente para sacar la oscuridad del cuarto, lo habríamos logrado? No, evidentemente, salvo que hubiésemos esperado hasta el amanecer, y entonces, por efecto de la luz del día, la oscuridad, también sin esfuerzo, se habría evacuado por sí sola.
En los remotos lugares en los cuales no llega, aún, la electricidad, se habría encendido una vela, una lámpara a gas, o de kerosene, o con cebo de res, entre otras variantes.
Frente a un mundo como el actual, que precisa ser iluminado, aclarando las conciencias humanas, para emanciparse del oscurantismo milenario fomentado para fines particulares por grupos diversos: políticos, espirituales, económicos, culturales, entre otros, qué estamos haciendo al respecto?
-Qué deberías hacer?
-Emprender una acción en contra de la oscuridad?
-Acaso, podríamos sacar la oscuridad de “la conciencia” del mundo?
-Qué es el mundo?
-Únicamente el globo terráqueo?
-El mundo es eso, más todo los Espíritus de los elementos que lo componen, además de los seres de los reinos vegetal, animal y humano que viven en él, tanto en la dimensión física como en la espiritual, conformando ambas una sola ecología mental.
-Ciertamente, no en todas las conciencias existe oscuridad; en las mayorías hay luz, por lo menos en determinados grados.
-Pero, alguien que jamás ha visto la luz, cómo puede saber que existe la luz?
-Podría intuirle, por supuesto.
-Es cierto, un gran número de personas, en creciente grado, percibe, intuitivamente, o por inspiración, las cosas tal como son.
-Empero, otros no siguen ni sus intuiciones ni sus inspiraciones. No creen en ellas.
-El primer grupo es el que mueve el progreso en todos los ámbitos humanos.
-Qué hacer para mejorar la realidad del mundo?
-Encender la luz.
-Cuál luz?
-La luz de la conciencia.
-Cómo hacerlo?
-Pasando el interruptor que nos separa de la fuente energética universal.
-Algunos les llaman Dios.
-Es Dios su verdadero nombre?
-Los antiguos denominaban Dios al Espíritu.
-Entonces, Dios es un Espíritu Universal?
-Definirle es una cuestión personal de cada quien. Cómo saber cuál es el verdadero nombre de Dios si Él es anterior a todos los seres que han emanado a la conciencia individual. Cada nombre que se le asigne da igual, no es el nombre verdadero, pero sirve, si para ti funciona, siempre que te refieras al Ser Universal.
Existe una fuente de sabiduría y de poder que mueve, inteligentemente, los cuantiosos mundos en el Universo, que determina que exista la vida, que cada día salga el sol, y tantas otras cosas que todos perciben, y que no dependen del ser humano. Es decir, se sustentan en una causa suprema universal, detrás de la cual existe una inteligencia, también suprema y un plan divino para la Creación y la eterna expansión del Universo.
Esa es la fuente universal, llámela cada quien como quiera y mejor estime. No tiene importancia.
Es preciso conectarse con dicha fuente universal para que fluya la luz.
-Qué clase de luz?
-La luz que ilumina la conciencia.
-Qué clase de luz es capaz de iluminar la conciencia?
-La luz de los atributos divinos.
-Qué son los atributos divinos?
-Los atributos divinos son las facultades que expresan aptitudes, como la vida, la inteligencia, el libre albedrío, el discernimiento, la conciencia, o el darse cuenta, la capacidad de hacer o de dejar de hacer, los valores como el amor, la justicia, la belleza, la fortaleza, la templanza, e incontables otros. Los valores universales tienen doble polaridad: positiva y negativa. Representan los principios cósmicos; éstos, a su vez, son el soporte de las leyes universales. Todas las leyes universales conforman la Ley Cósmica y ésta se expresa en la conciencia de Dios. Cada una de las leyes universales es eterna e inmutable, justa y sabia y rige con equidad para todos los seres en los cuatro reinos naturales, en todo el Universo, en su infinita expansión.
Cada ser es un Espíritu eterno e inmortal, dotado de atributos análogos a los del Ser Universal, idénticos en naturaleza y potencialidades.
Estos atributos divinos, representados por los valores universales, y que conforman los sentidos cósmicos del ser, se encuentran ubicados en la conciencia de cada ser, conciencia que es una réplica exacta de la del Ser Universal.
El objetivo que nos anima es la búsqueda de la mejor manera de iluminar la conciencia del mundo, formada ésta por la conciencia de todos los seres de los cuatro reinos naturales.
Cómo iluminar la conciencia de los seres en los cuatro reinos del mundo, y, en el universo, donde tal cosa sea precisada?
-Qué puede hacer cada persona?
-Una persona cualquiera, se echaría sobre sus hombros la tarea de iluminar todas las conciencias del mundo, y de otras partes del universo donde esto sea preciso?
-Quién sería capaz de hacerlo; ellos, aquellos, nosotros, vosotros, tú, yo?
-Esa es la labor que silenciosamente realiza el Gran Pedagogo Universal, en la conciencia de cada ser, mediante el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores universales, en el eterno ahora, y en el aquí.
-La vida en el planeta tierra será un oasis. Es esto una utopía?
-Quizá sí; quizá no. Tú qué crees?
-Hay que esperar lo mejor que seamos capaces de percibir, caso contrario, qué sentido tendría percibir y no realizar? Por supuesto, todo requiere su tiempo; el tiempo perfecto de Dios.
-Cómo iluminar la conciencia del ser humano?
-Cómo puede cada quien iluminar su propia conciencia?
-Cada ser debe pasar el interruptor de su conciencia para conectarla con la fuente. La fuente es Dios, o como cada quien le llame.
-Cómo hacerlo?
-Entrar en la conciencia de Dios sin entrar en la propia conciencia, antes, es posible?
-Conocer los atributos divinos de Dios, sin conocer los propios, en la conciencia?
-Conocer a Dios sin conocerse, antes? Ya lo dijo Quilón, el Lacedemonio, uno de los siete sabios, seis siglos antes de nuestra era: -“Conócete a ti mismo”. Mahoma, lo ratificó, cuando aseveró: -“Quien se conoce, conoce a Dios”.
-Te conoces?
-Sí?
–Te felicito.
-Seguro que te conoces?
-Cuántos interruptores hay que activar para conectar con la conciencia de Dios? –Uno, o uno por cada atributo divino del Ser Universal y/o valores universales?
-Al conectar con el Uno, -el Ser Universal- se conecta, al mismo tiempo, con cada uno de ellos?
-Tú que crees?
-Cuando tú prendes la luz en el cuarto y miras a un rincón del mismo, qué es lo que ves?
-El rincón, por supuesto.
-Te felicito.
Pero, puedes ver, al mismo tiempo, ese rincón y los demás rincones? Es poco probable que tuvieses ojos en la cara y también en la nuca. Es decir, sólo puedes ver un rincón a la vez.
-Pero, el Espíritu es todos ojos.
-Es verdad, el Espíritu es todos ojos: los de la conciencia y los de los atributos divinos. Empero, la conciencia sólo puede ser enfocada en una cosa a la vez, y una a una, por orden prioritario, en todas.
-Entonces, el mundo por qué está en su estado actual?
-Es cuestión de libre albedrío, estados de conciencia. Pero, dentro del aparente caos existe un orden perfecto regido por la ley de afinidad, por la justicia divina, por la equidad y por la ley de compensación. Un orden perfecto rige, aquí y ahora, todo.
-Qué rincón del mundo estás mirando?
-En qué polaridad?
-Entonces, para ver el rincón del cuarto hay que mirar el rincón del cuarto? Es decir: se debe centrar la mirada, la atención, en ese lugar en particular?
-Eso es todo?
-Donde centramos la atención, podremos ver?
-Para ver a Dios sólo hace falta centrar la atención en Él?
-Tú que crees?
-Tan sencillo como eso?
-Tan sencillo como eso!
-En lo que centras la atención, se expande la conciencia perceptiva-realizadora, si la sostienes el tiempo suficiente.
-En lo que se expande la conciencia, -mirando en ese sentido-, puedes ver lo que allí hay-, gradualmente, una cosa a la vez.
-Entonces, para ver a Dios hay que centrar la atención en Dios?
-Tú que crees?
-Lo sabes?
-Se puede centrar la atención en todas partes para percibir a Dios?
-Ir a todas partes es ir a ninguna parte. Hay que elegir.
-Dónde estás tú?
-Aquí.
-Cuándo?
-Ahora.
-Aquí y ahora está Dios!
-Dónde aquí?
-Búscalo!
-Dónde?
-En el aquí.
-Dónde está el aquí?
-Búscalo!
-Cómo?
-Buscando. Quien busca encuentra.
-Preguntando a la propia conciencia. Quien pregunta obtiene la respuesta.
-Tocando la puerta. A quien toca se le abre.
-Haz esta prueba.
Cierra los ojos; repite diez veces: Aquí.
-Quién está en el aquí?
-Yo.
-Entonces, te has encontrado?
-Sí, me he encontrado en el aquí.
-Qué has hecho para ello?
-He cerrado los ojos, abstrayéndome del entorno, centrándome en lo interno de la cabeza y he repetido diez veces: aquí. Allí estaba mi conciencia de “yo”, en el aquí.
-Quién eres?
-Yo soy!
-Entonces, el primer paso es encontrar la conciencia del yo en el ser?
-Es correcto.
-Al reconocer alguno de mis atributos, puedo reconocer el análogo en Él, el Ser Universal, sea cual fuere?
-Ciertamente, al encontrar un atributo de Dios en ti, has encontrado a Dios, en ti, por cuanto tus atributos son los de Él, y tú eres de la misma naturaleza espiritual que la de Él. Tú eres Él mismo, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarte de Él mismo, emanado a la conciencia individual. Tu conciencia es una réplica exacta que la conciencia del Ser Universal. Ambas conciencias se encuentran en una unión perfecta e indisoluble, en comunicación continúa por el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores universales.
-Entonces, para encontrar a Dios, primero hay que encontrarse a sí mismo en el aquí y ahora?
-Es correcto. No lo crees?
-Luego, tengo que centrar el yo en Dios, para conectarme con Él?
-Seguro!
-Cuando me conecto enfocando mi yo en Él, puedo encontrarle, también, por sus atributos? Es decir, si yo reconozco en mí un atributo, el amor, por ejemplo, significa que encontré un atributo de Dios, el amor de Dios?
-Ciertamente.
-Y qué es lo que vamos a conectar con Dios?
-A mi yo.
-Cómo hacerlo?
-Centrando el yo de mi conciencia con el “yo” de la conciencia de Dios.
-Por lo cual, pasar el interruptor significa centrar la atención?
-Es correcto. Donde centras la atención se expande la conciencia perceptiva-realizadora: tu conciencia, la de tu yo, donde se encuentra el aquí. Entonces se percibe la realidad tal como es y se canaliza el poder realizador. Fluye la energía y la luz.
-Cuál luz? –Cuál energía?
-La luz de los valores universales. La energía creadora de Dios.
-Por lo tanto, debo centrar mi atención en Dios para conectarme con Él?
-Es correcto, si con ello entendemos que adquirimos conciencia de la unión que ya, previamente, existe.
-Cómo lo hago?
-Simplemente, hazlo. Encuentra la manera, haciéndolo, practicándolo. Recuerda: Donde centra la atención se expande la conciencia perceptiva-realizadora.
-Si se expande la conciencia perceptiva-realizadora donde centra la atención, las respuestas aparecen por sí mismas, gradualmente. Recuerda, cada valor universal es un rincón del universo que tú, previamente, ya conoces y que, ahora, rememoras. Cómo decía el antiguo maestro, Platón, aprender es recordar. El rincón del amor, el de la justicia, el de la fortaleza, el de la templanza, el de la belleza, el de la igualdad, y los incontables otros, ya se encuentran impresos en la propia conciencia, en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito. Se van recordando, en el eterno retorno hacia Dios, en el ahora, en el aquí, en la medida que enfocamos nuestra atención en ese aspecto particular.
Si mira un rincón, verás sólo lo que hay en ese rincón. Empero, mientras más tiempo observas, más cosas percibirás, por cuanto se expande la conciencia perceptiva-realizadora en esa dirección, en la cual jamás encontrarías límites si fueses capaz de persistir en grado infinito. En todas las direcciones, el camino es infinito; pero, todos ellos conducen a Dios, regidos por los valores universales. No hay posibilidad de error alguno, por donde quieras que vayas siempre encontrarás el camino de Dios; luego, con el tiempo, percibirás que tú eres el caminante, y al llegar a la Fuente, verás que, también, eres la fuente. Eres el caminante, el camino, y también, la fuente. Cuánto tiempos tardarás en descubrirlo? Tómate todo el tiempo que quieras, es cuestión de libre albedrío. Pero, por qué estar en la fuente y tener sed? Eres libre de hacer o dejar de hacer, pero asumes las consecuencias de tus elecciones: positivas o negativas como un medio de aprendizaje.
-Hay algún valor que los contenga todos?
-Sí, el amor.
-Eres capaz de amar?
-Sí?
-Tú lo crees?
-Amar sin libertad, es posible?
-Amar sin justicia, es factible?
-Amar, sin belleza?
-Amar, sin igualdad?
-Amar, sin perdón?
-Amar, sin tolerancia?
-Amar, sin servicio?
-Amar, sin trabajo?
Amar, sin estudio?
-Amar, sin conocimiento?
-Amar, sin bondad?
-Amar, sin fortaleza?
-Amar, sin templanza?
-Amar, sin equilibrio?
-Amar, sin cumplimiento del deber?
-Amar, sin amor?
-Acaso tú te crees Dios?
-Te felicito!
-Entonces, se trata de un juego de Dios consigo mismo.
-Pero, en este proceso de expansión de la Creación, Dios es el primero en cumplir la Ley Cósmica, y cada uno de los valores universales, que le es inherente, en el eterno presente.
-Pero, qué es lo que cada quien, realmente, puede hacer para iluminar la conciencia del mundo?
-Cada quien, lo único que puede iluminar es su propia conciencia. Puede reinar sobre sus propios pensamientos, sentimientos, deseos, palabras y actos.
Puede regir haciendo que sean de polaridad positiva, reflejando la justicia, la equidad, la belleza, el orden divino, la armonía universal, el equilibrio perfecto, la bondad, el progreso y la prosperidad, entre los incontables valores interrelacionados.
Si los pensamientos y los sentimientos son justos, los deseos, las palabras y los actos, reflejarán la justicia pertinente, y el destino inherente resultará de análoga condición.
Si los pensamientos, los sentimientos, los deseos, las palabras y los actos son justos y perfectos, tendremos que la conciencia de cada ser es justa y perfecta. Por ende, la conciencia del mundo estará en armonía con los valores universales. El destino del ser humano se desenvolverá en el recto camino; el recto camino conducirá a la fuente, aportando el salario cósmico por la cuota de cooperación con que se va contribuyendo en la realización de la Gran Obra. Todo fluye en paz, armonía y orden, perfectos.
Tú eres Él, el Ser Universal, como una gota de agua en el océano, con conciencia individual. Es decir, cada gota del océano forma una unidad con el Todo; es de la misma substancia, pero tiene individualidad propia dentro de la conexión con el todo y con todas las gotas con conciencia propia.
Tu mente forma parte de la mente de Dios. La mente es como la tierra. Todas las ideas que se perciben son semillas, las cuales germinan, crecen y dan fruto de acuerdo con su índole y variedad. Tienen fuerzas de atracción y de repulsión. Atraen a los elementos coadyuvantes, repelen a los contrarios. En todas partes, las mismas semillas dan idénticos frutos. En todas las mentes, las mismas ideas dan análogos resultados.
-Qué hago entonces?
-Es tu elección, tú decisión; lo que tú quieras hacer. Tienes libre albedrío. Es cosa tuya. Haz la cosa y tendrás el poder para hacerlo.
-Conéctate con Dios, y tendrás el poder para hacer lo que concibes que debes realizar y fluirá, también, la luz de la sabiduría de los valores universales para guiarte correctamente en tu camino. Pero, no te preocupes, si no te conectas con Dios, conscientemente, no pasa nada.
-No pasa nada?
-No.
-Por qué?
-Porque Dios se encarga de conectarse con Él mismo dentro de la conciencia individual de cada ser.
-Cómo es eso?
-Él tiene un método infalible. O, mejor dicho, varios.
-Cuáles son?
-Quieres saberlo?
-Sí.
-Escucha:
1. Mediante el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores universales, en la conciencia, Él se mantiene en constante conexión con cada ser, expresando la guía oportuna, en cada momento. Él guía, sugiere, advierte, previamente, señala, a posterior, los resultados, inspira la rectificación, sostiene en la adversidad, aporta la provisión suficiente, en cada caso, y encarrilla, sistemáticamente, a cada ser, hasta que vuelva al recto camino, al camino del medio realizador de los planes divinos.
2. El plan divino que Él trazara para cada ser, se expresa en su propia conciencia, oportunamente.
3. La ley cósmica impresa en la conciencia, actúa correctamente, a cada instante, en sus roles pedagógicos de guía, coerción y coacción.
4. El mecanismo de las necesidades, que genera el poder potencialmente infinito de cada ser, en los cuatro reinos naturales.
5. Mediante la insatisfacción creadora, o el descontento divino, cada ser, en los cuatro reinos naturales, va canalizando la fuerza motivadora que le impele al cumplimiento de su misión cósmica, en cada etapa.
6. El ambición personal, es el mecanismo mediante el cual Él logra que cada ser realice su cometido sin que nadie le obligue, obteniendo el respectivo salario cósmico, paralelamente.
7. El sentido de la propia dignidad, auto-estima, auto-respeto y la conciencia de la responsabilidad personal inherente, en cada caso, le guían por el recto camino.
8. Todas estas vertientes y variantes, e incontables otras, impelen a la acción, en una eterna polarización, de lo negativo a lo positivo, en un proceso perenne de clarificación de la conciencia, en la espiral evolutiva del universo, en el eterno retorno hacia Dios.
9. Nadie escapa de ese proceso pedagógico universal.
10.         Todos los caminos expresan el poder y la luz, e impelen a la acción y a la transmutación, incesantes, alcanzando, siempre, un más allá en sabiduría.
Recapitulando:
La necesidad, expresa el poder potencialmente infinito capaz de generar su propia satisfacción, en cada caso. Si la necesidad fuese en grado infinito, en el mismo nivel generaría el respectivo poder para alcanzar su objetivo. Mientras más elevada la necesidad, en forma equivalente se expresará el poder de realización. Esto aporta la confianza de que, siempre, se podrán resolver todas las cosas que se afronten, siempre y cuando se quieran afrontar, asumiendo la responsabilidad inherente.
La insatisfacción creadora, o el descontento divino, como también se le denomina, mueve a la acción realizadora; no tolera el estancamiento. Impele al progreso continúo y eterno.
La ambición, incluyendo el orgullo y la vanidad, mueve el progreso sin que Dios, aparentemente, tenga que obligar a nadie para ello.
Los valores universales, orientan las acciones por sus correctos parámetros, en una senda virtuosa: el recto camino.
Las leyes naturales, -ley cósmica impresa en la conciencia-, rige en igualdad de condiciones para todos y el primero que la cumple es el Ser Universal, dando un ejemplo de su sabiduría: es el eterno paradigma.
Hay que dar el primer paso.
Pasa el interruptor de la luz.
Conéctate con Dios.
CONEXIÓN CON EL SER UNIVERSAL, AQUÍ Y AHORA:
Entro en conexión con el Ser Universal, aquí y ahora, contando de cuatro a uno: 4, 3, 2, 1.
Aquí y ahora, estoy ya en conexión con el Ser Universal.
Adquiero conciencia de mi unidad perfecta e indisoluble con Él, aquí y ahora. Yo soy Él, Él es yo. Somos uno. La presencia de la Divinidad se expresa en mí, aquí y ahora, y en todos los seres interrelacionados.
El orden divino y la armonía cósmica se establecen en mí, aquí y ahora. Hecho está.
Imagina, ahora, un círculo y el signo más en el centro.
Afirma, diez veces, o más:
Dios, te amo.
Dios, permítame conocerte bien, conociendo mejor mi propio ser.
Dios, yo soy tú, Tú eres yo. (Trata de percibir lo que representan esas palabras).
Aquí y ahora se expresa en mi, cada día mejor, la divina perfección de Dios, el Ser Universal, en lodos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, el divino amor de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina justicia de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina fortaleza de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina prosperidad de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina sabiduría de los valores universales de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Sea yo, cada día mejor, un perfecto instrumento de la voluntad divina del Ser Universal, en el eterno ahora. Hecho está.
Adelante.

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