EN CONEXIÓN CON LA FUENTE UNIVERSAL
Un ejercicio de conexión espiritual
con Dios: –El Ser
Universal-.
©Giuseppe Isgró C.
Para entrar en conexión con Dios, debemos seguir el mismo proceso que el usado cuando entramos en una habitación, de noche, y está oscura. Si tratáramos de sacar la oscuridad, cómo lo haríamos? Por supuesto, hasta un niño de dos años sabe la respuesta; él le dirá a la madre: -“Mamá, prende la luz”; ésta, entonces, aprieta el interruptor y se enciende la bombilla eléctrica y la oscuridad se evacua por sí sola, sin esfuerzo alguno y fácilmente.
Con una acción diferente para sacar la
oscuridad del cuarto, lo habríamos logrado? No, evidentemente, salvo que hubiésemos esperado hasta el amanecer, y entonces, por efecto de la luz del día, la
oscuridad, también sin esfuerzo, se habría evacuado por sí sola.
En los remotos lugares en los cuales no llega, aún, la
electricidad, se habría encendido una vela, una lámpara a gas, o de kerosene, o
con cebo de res, entre otras variantes.
Frente a un mundo como el actual, que precisa ser iluminado,
aclarando las conciencias humanas, para emanciparse del oscurantismo milenario
fomentado para fines particulares por grupos diversos: políticos, espirituales,
económicos, culturales, entre otros, qué estamos haciendo al respecto?
-Qué deberías hacer?
-Emprender una acción en contra de la oscuridad?
-Acaso, podríamos sacar la oscuridad de “la conciencia” del
mundo?
-Qué es el mundo?
-Únicamente el globo terráqueo?
-El mundo es eso, más todo los Espíritus de los elementos que
lo componen, además de los seres de los reinos vegetal, animal y humano que
viven en él, tanto en la dimensión física como en la espiritual, conformando
ambas una sola ecología mental.
-Ciertamente, no en todas las conciencias existe oscuridad; en
las mayorías hay luz, por lo menos en determinados grados.
-Pero, alguien que jamás ha visto la luz, cómo puede saber que
existe la luz?
-Podría intuirle, por supuesto.
-Es cierto, un gran número de personas, en creciente grado,
percibe, intuitivamente, o por inspiración, las cosas tal como son.
-Empero, otros no siguen ni sus intuiciones ni sus
inspiraciones. No creen en ellas.
-El primer grupo es el que mueve el progreso en todos los
ámbitos humanos.
-Qué hacer para mejorar la realidad del mundo?
-Encender la luz.
-Cuál luz?
-La luz de la conciencia.
-Cómo hacerlo?
-Pasando el interruptor que nos separa de la fuente energética
universal.
-Algunos les llaman Dios.
-Es Dios su verdadero nombre?
-Los antiguos denominaban Dios al Espíritu.
-Entonces, Dios es un Espíritu Universal?
-Definirle es una cuestión personal de cada quien. Cómo saber
cuál es el verdadero nombre de Dios si Él es anterior a todos los seres que han
emanado a la conciencia individual. Cada nombre que se le asigne da igual, no
es el nombre verdadero, pero sirve, si para ti funciona, siempre que te
refieras al Ser Universal.
Existe una fuente de sabiduría y de poder que mueve,
inteligentemente, los cuantiosos mundos en el Universo, que determina que
exista la vida, que cada día salga el sol, y tantas otras cosas que todos
perciben, y que no dependen del ser humano. Es decir, se sustentan en una causa
suprema universal, detrás de la cual existe una inteligencia, también suprema y
un plan divino para la Creación y la eterna expansión del Universo.
Esa es la fuente universal, llámela cada quien como quiera y
mejor estime. No tiene importancia.
Es preciso conectarse con dicha fuente universal para que
fluya la luz.
-Qué clase de luz?
-La luz que ilumina la conciencia.
-Qué clase de luz es capaz de iluminar la conciencia?
-La luz de los atributos divinos.
-Qué son los atributos divinos?
-Los atributos divinos son las facultades que expresan
aptitudes, como la vida, la inteligencia, el libre albedrío, el discernimiento,
la conciencia, o el darse cuenta, la capacidad de hacer o de dejar de hacer, los valores como el
amor, la justicia, la belleza, la fortaleza, la templanza, e incontables otros.
Los valores universales tienen doble polaridad: positiva y negativa.
Representan los principios cósmicos; éstos, a su vez, son el soporte de las
leyes universales. Todas las leyes universales conforman la Ley Cósmica y ésta
se expresa en la conciencia de Dios. Cada una de las leyes universales es
eterna e inmutable, justa y sabia y rige con equidad para todos los seres en
los cuatro reinos naturales, en todo el Universo, en su infinita expansión.
Cada ser es un Espíritu eterno e inmortal, dotado de atributos
análogos a los del Ser Universal, idénticos en naturaleza y potencialidades.
Estos atributos divinos, representados por los valores
universales, y que conforman los sentidos cósmicos del ser, se encuentran
ubicados en la conciencia de cada ser, conciencia que es una réplica exacta de
la del Ser Universal.
El objetivo que nos anima es la búsqueda de la mejor manera de
iluminar la conciencia del mundo, formada ésta por la conciencia de todos los
seres de los cuatro reinos naturales.
Cómo iluminar la conciencia de los seres en los cuatro reinos
del mundo, y, en el universo, donde tal cosa sea precisada?
-Qué puede hacer cada persona?
-Una persona cualquiera, se echaría sobre sus hombros la tarea
de iluminar todas las conciencias del mundo, y de otras partes del universo
donde esto sea preciso?
-Quién sería capaz de hacerlo; ellos, aquellos, nosotros,
vosotros, tú, yo?
-Esa es la labor que silenciosamente realiza el Gran Pedagogo
Universal, en la conciencia de cada ser, mediante el lenguaje de los
sentimientos análogos a los valores universales, en el eterno ahora, y en el
aquí.
-La vida en el planeta tierra será un oasis. Es esto una
utopía?
-Quizá sí; quizá no. Tú qué crees?
-Hay que esperar lo mejor que seamos capaces de percibir, caso
contrario, qué sentido tendría percibir y no realizar? Por supuesto, todo
requiere su tiempo; el tiempo perfecto de Dios.
-Cómo iluminar la conciencia del ser humano?
-Cómo puede cada quien iluminar su propia conciencia?
-Cada ser debe pasar el interruptor de su conciencia para
conectarla con la fuente. La fuente es Dios, o como cada quien le llame.
-Cómo hacerlo?
-Entrar en la conciencia de Dios sin entrar en la propia
conciencia, antes, es posible?
-Conocer los atributos divinos de Dios, sin conocer los
propios, en la conciencia?
-Conocer a Dios sin conocerse, antes? Ya lo dijo Quilón, el
Lacedemonio, uno de los siete sabios, seis siglos antes de nuestra era:
-“Conócete a ti mismo”. Mahoma, lo ratificó, cuando aseveró: -“Quien se conoce,
conoce a Dios”.
-Te conoces?
-Sí?
–Te felicito.
-Seguro que te conoces?
-Cuántos interruptores hay que activar para conectar con la
conciencia de Dios? –Uno, o uno por cada atributo divino del Ser Universal y/o
valores universales?
-Al conectar con el Uno, -el Ser Universal- se conecta, al
mismo tiempo, con cada uno de ellos?
-Tú que crees?
-Cuando tú prendes la luz en el cuarto y miras a un rincón del
mismo, qué es lo que ves?
-El rincón, por supuesto.
-Te felicito.
Pero, puedes ver, al mismo tiempo, ese rincón y los demás
rincones? Es poco probable que tuvieses ojos en la cara y también en la nuca.
Es decir, sólo puedes ver un rincón a la vez.
-Pero, el Espíritu es todos ojos.
-Es verdad, el Espíritu es todos ojos: los de la conciencia y
los de los atributos divinos. Empero, la conciencia sólo puede ser enfocada en
una cosa a la vez, y una a una, por orden prioritario, en todas.
-Entonces, el mundo por qué está en su estado actual?
-Es cuestión de libre albedrío, estados de conciencia. Pero,
dentro del aparente caos existe un orden perfecto regido por la ley de
afinidad, por la justicia divina, por la equidad y por la ley de compensación.
Un orden perfecto rige, aquí y ahora, todo.
-Qué rincón del mundo estás mirando?
-En qué polaridad?
-Entonces, para ver el rincón del cuarto hay que mirar el
rincón del cuarto? Es decir: se debe centrar la mirada, la atención, en ese
lugar en particular?
-Eso es todo?
-Donde centramos la atención, podremos ver?
-Para ver a Dios sólo hace falta centrar la atención en Él?
-Tú que crees?
-Tan sencillo como eso?
-Tan sencillo como eso!
-En lo que centras la atención, se expande la conciencia
perceptiva-realizadora, si la sostienes el tiempo suficiente.
-En lo que se expande la conciencia, -mirando en ese sentido-,
puedes ver lo que allí hay-, gradualmente, una cosa a la vez.
-Entonces, para ver a Dios hay que centrar la atención en
Dios?
-Tú que crees?
-Lo sabes?
-Se puede centrar la atención en todas partes para percibir a
Dios?
-Ir a todas partes es ir a ninguna parte. Hay que elegir.
-Dónde estás tú?
-Aquí.
-Cuándo?
-Ahora.
-Aquí y ahora está Dios!
-Dónde aquí?
-Búscalo!
-Dónde?
-En el aquí.
-Dónde está el aquí?
-Búscalo!
-Cómo?
-Buscando. Quien busca encuentra.
-Preguntando a la propia conciencia. Quien pregunta obtiene la
respuesta.
-Tocando la puerta. A quien toca se le abre.
-Haz esta prueba.
Cierra los ojos; repite diez veces: Aquí.
-Quién está en el aquí?
-Yo.
-Entonces, te has encontrado?
-Sí, me he encontrado en el aquí.
-Qué has hecho para ello?
-He cerrado los ojos, abstrayéndome del entorno, centrándome
en lo interno de la cabeza y he repetido diez veces: aquí. Allí estaba mi
conciencia de “yo”, en el aquí.
-Quién eres?
-Yo soy!
-Entonces, el primer paso es encontrar la conciencia del yo en
el ser?
-Es correcto.
-Al reconocer alguno de mis atributos, puedo reconocer el
análogo en Él, el Ser Universal, sea cual fuere?
-Ciertamente, al encontrar un atributo de Dios en ti, has
encontrado a Dios, en ti, por cuanto tus atributos son los de Él, y tú eres de
la misma naturaleza espiritual que la de Él. Tú eres Él mismo, sin dejar de ser
Él mismo, y sin separarte de Él mismo, emanado a la conciencia individual. Tu
conciencia es una réplica exacta que la conciencia del Ser Universal. Ambas
conciencias se encuentran en una unión perfecta e indisoluble, en comunicación
continúa por el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores
universales.
-Entonces, para encontrar a Dios, primero hay que encontrarse
a sí mismo en el aquí y ahora?
-Es correcto. No lo crees?
-Luego, tengo que centrar el yo en Dios, para conectarme con
Él?
-Seguro!
-Cuando me conecto enfocando mi yo en Él, puedo encontrarle,
también, por sus atributos? Es decir, si yo reconozco en mí un atributo, el
amor, por ejemplo, significa que encontré un atributo de Dios, el amor de Dios?
-Ciertamente.
-Y qué es lo que vamos a conectar con Dios?
-A mi yo.
-Cómo hacerlo?
-Centrando el yo de mi conciencia con el “yo” de la conciencia
de Dios.
-Por lo cual, pasar el interruptor significa centrar la
atención?
-Es correcto. Donde centras la atención se expande la
conciencia perceptiva-realizadora: tu conciencia, la de tu yo, donde se
encuentra el aquí. Entonces se percibe la realidad tal como es y se canaliza el
poder realizador. Fluye la energía y la luz.
-Cuál luz? –Cuál energía?
-La luz de los valores universales. La energía creadora de
Dios.
-Por lo tanto, debo centrar mi atención en Dios para
conectarme con Él?
-Es correcto, si con ello entendemos que adquirimos conciencia
de la unión que ya, previamente, existe.
-Cómo lo hago?
-Simplemente, hazlo. Encuentra la manera, haciéndolo,
practicándolo. Recuerda: Donde centra la atención se expande la conciencia
perceptiva-realizadora.
-Si se expande la conciencia perceptiva-realizadora donde
centra la atención, las respuestas aparecen por sí mismas, gradualmente.
Recuerda, cada valor universal es un rincón del universo que tú, previamente,
ya conoces y que, ahora, rememoras. Cómo decía el antiguo maestro, Platón,
aprender es recordar. El rincón del amor, el de la justicia, el de la
fortaleza, el de la templanza, el de la belleza, el de la igualdad, y los
incontables otros, ya se encuentran impresos en la propia conciencia, en todas
sus vertientes y variantes, en grado infinito. Se van recordando, en el eterno
retorno hacia Dios, en el ahora, en el aquí, en la medida que enfocamos nuestra
atención en ese aspecto particular.
Si mira un rincón, verás sólo lo que hay en ese rincón.
Empero, mientras más tiempo observas, más cosas percibirás, por cuanto se
expande la conciencia perceptiva-realizadora en esa dirección, en la cual jamás
encontrarías límites si fueses capaz de persistir en grado infinito. En todas
las direcciones, el camino es infinito; pero, todos ellos conducen a Dios,
regidos por los valores universales. No hay posibilidad de error alguno, por
donde quieras que vayas siempre encontrarás el camino de Dios; luego, con el tiempo,
percibirás que tú eres el caminante, y al llegar a la Fuente, verás que,
también, eres la fuente. Eres el caminante, el camino, y también, la fuente.
Cuánto tiempos tardarás en descubrirlo? Tómate todo el tiempo que quieras, es
cuestión de libre albedrío. Pero, por qué estar en la fuente y tener sed? Eres
libre de hacer o dejar de hacer, pero asumes las consecuencias de tus
elecciones: positivas o negativas como un medio de aprendizaje.
-Hay algún valor que los contenga todos?
-Sí, el amor.
-Eres capaz de amar?
-Sí?
-Tú lo crees?
-Amar sin libertad, es posible?
-Amar sin justicia, es factible?
-Amar, sin belleza?
-Amar, sin igualdad?
-Amar, sin perdón?
-Amar, sin tolerancia?
-Amar, sin servicio?
-Amar, sin trabajo?
Amar, sin estudio?
-Amar, sin conocimiento?
-Amar, sin bondad?
-Amar, sin fortaleza?
-Amar, sin templanza?
-Amar, sin equilibrio?
-Amar, sin cumplimiento del deber?
-Amar, sin amor?
-Acaso tú te crees Dios?
-Te felicito!
-Entonces, se trata de un juego de Dios consigo mismo.
-Pero, en este proceso de expansión de la Creación, Dios es el
primero en cumplir la Ley Cósmica, y cada uno de los valores universales, que
le es inherente, en el eterno presente.
-Pero, qué es lo que cada quien, realmente, puede hacer para
iluminar la conciencia del mundo?
-Cada quien, lo único que puede iluminar es su propia
conciencia. Puede reinar sobre sus propios pensamientos, sentimientos, deseos,
palabras y actos.
Puede regir haciendo que sean de polaridad positiva,
reflejando la justicia, la equidad, la belleza, el orden divino, la armonía
universal, el equilibrio perfecto, la bondad, el progreso y la prosperidad,
entre los incontables valores interrelacionados.
Si los pensamientos y los sentimientos son justos, los deseos,
las palabras y los actos, reflejarán la justicia pertinente, y el destino
inherente resultará de análoga condición.
Si los pensamientos, los sentimientos, los deseos, las
palabras y los actos son justos y perfectos, tendremos que la conciencia de
cada ser es justa y perfecta. Por ende, la conciencia del mundo estará en
armonía con los valores universales. El destino del ser humano se desenvolverá
en el recto camino; el recto camino conducirá a la fuente, aportando el salario
cósmico por la cuota de cooperación con que se va contribuyendo en la
realización de la Gran Obra. Todo fluye en paz, armonía y orden, perfectos.
Tú eres Él, el Ser Universal, como una gota de agua en el
océano, con conciencia individual. Es decir, cada gota del océano forma una
unidad con el Todo; es de la misma substancia, pero tiene individualidad propia
dentro de la conexión con el todo y con todas las gotas con conciencia propia.
Tu mente forma parte de la mente de Dios. La mente es como la
tierra. Todas las ideas que se perciben son semillas, las cuales germinan,
crecen y dan fruto de acuerdo con su índole y variedad. Tienen fuerzas de
atracción y de repulsión. Atraen a los elementos coadyuvantes, repelen a los
contrarios. En todas partes, las mismas semillas dan idénticos frutos. En todas
las mentes, las mismas ideas dan análogos resultados.
-Qué hago entonces?
-Es tu elección, tú decisión; lo que tú quieras hacer. Tienes
libre albedrío. Es cosa tuya. Haz la cosa y tendrás el poder para hacerlo.
-Conéctate con Dios, y tendrás el poder para hacer lo que concibes
que debes realizar y fluirá, también, la luz de la sabiduría de los valores
universales para guiarte correctamente en tu camino. Pero, no te preocupes, si
no te conectas con Dios, conscientemente, no pasa nada.
-No pasa nada?
-No.
-Por qué?
-Porque Dios se encarga de conectarse con Él mismo dentro de
la conciencia individual de cada ser.
-Cómo es eso?
-Él tiene un método infalible. O, mejor dicho, varios.
-Cuáles son?
-Quieres saberlo?
-Sí.
-Escucha:
1. Mediante el lenguaje de los sentimientos análogos a los
valores universales, en la conciencia, Él se mantiene en constante conexión con
cada ser, expresando la guía oportuna, en cada momento. Él guía, sugiere,
advierte, previamente, señala, a posterior, los resultados, inspira la
rectificación, sostiene en la adversidad, aporta la provisión suficiente, en
cada caso, y encarrilla, sistemáticamente, a cada ser, hasta que vuelva al
recto camino, al camino del medio realizador de los planes divinos.
2. El plan divino que Él trazara para cada ser, se expresa en
su propia conciencia, oportunamente.
3. La ley cósmica impresa en la conciencia, actúa
correctamente, a cada instante, en sus roles pedagógicos de guía, coerción y
coacción.
4. El mecanismo de las necesidades, que genera el poder
potencialmente infinito de cada ser, en los cuatro reinos naturales.
5. Mediante la insatisfacción creadora, o el descontento
divino, cada ser, en los cuatro reinos naturales, va canalizando la fuerza
motivadora que le impele al cumplimiento de su misión cósmica, en cada etapa.
6. El ambición personal, es el mecanismo mediante el cual Él
logra que cada ser realice su cometido sin que nadie le obligue, obteniendo el
respectivo salario cósmico, paralelamente.
7. El sentido de la propia dignidad, auto-estima, auto-respeto
y la conciencia de la responsabilidad personal inherente, en cada caso, le
guían por el recto camino.
8. Todas estas vertientes y variantes, e incontables otras,
impelen a la acción, en una eterna polarización, de lo negativo a lo positivo,
en un proceso perenne de clarificación de la conciencia, en la espiral
evolutiva del universo, en el eterno retorno hacia Dios.
9. Nadie escapa de ese proceso pedagógico universal.
10. Todos los
caminos expresan el poder y la luz, e impelen a la acción y a la transmutación,
incesantes, alcanzando, siempre, un más allá en sabiduría.
Recapitulando:
La necesidad, expresa el poder potencialmente infinito capaz
de generar su propia satisfacción, en cada caso. Si la necesidad fuese en grado
infinito, en el mismo nivel generaría el respectivo poder para alcanzar su
objetivo. Mientras más elevada la necesidad, en forma equivalente se expresará
el poder de realización. Esto aporta la confianza de que, siempre, se podrán
resolver todas las cosas que se afronten, siempre y cuando se quieran afrontar,
asumiendo la responsabilidad inherente.
La insatisfacción creadora, o el descontento divino, como
también se le denomina, mueve a la acción realizadora; no tolera el
estancamiento. Impele al progreso continúo y eterno.
La ambición, incluyendo el orgullo y la vanidad, mueve el
progreso sin que Dios, aparentemente, tenga que obligar a nadie para ello.
Los valores universales, orientan las acciones por sus
correctos parámetros, en una senda virtuosa: el recto camino.
Las leyes naturales, -ley cósmica impresa en la conciencia-,
rige en igualdad de condiciones para todos y el primero que la cumple es el Ser
Universal, dando un ejemplo de su sabiduría: es el eterno paradigma.
Hay que dar el primer paso.
Pasa el interruptor de la luz.
Conéctate con Dios.
CONEXIÓN CON EL SER UNIVERSAL, AQUÍ Y AHORA:
Entro en conexión con el Ser Universal, aquí y ahora, contando
de cuatro a uno: 4, 3, 2, 1.
Aquí y ahora, estoy ya en conexión con el Ser Universal.
Adquiero conciencia de mi unidad perfecta e indisoluble con
Él, aquí y ahora. Yo soy Él, Él es yo. Somos uno. La presencia de la Divinidad
se expresa en mí, aquí y ahora, y en todos los seres interrelacionados.
El orden divino y la armonía cósmica se establecen en mí, aquí
y ahora. Hecho está.
Imagina, ahora, un círculo y el signo más en el centro.
Afirma, diez veces, o más:
Dios, te amo.
Dios, permítame conocerte bien, conociendo mejor mi propio
ser.
Dios, yo soy tú, Tú eres yo. (Trata de percibir lo que representan
esas palabras).
Aquí y ahora se expresa en mi, cada día mejor, la divina
perfección de Dios, el Ser Universal, en lodos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, el divino amor
de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina
justicia de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina
fortaleza de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina
prosperidad de Dios, el Ser Universal, en todos los aspectos de mi vida.
Aquí y ahora se expresa en mí, cada día mejor, la divina
sabiduría de los valores universales de Dios, el Ser Universal, en todos los
aspectos de mi vida.
Sea yo, cada día mejor, un perfecto instrumento de la voluntad
divina del Ser Universal, en el eterno ahora. Hecho está.
Adelante.